El Cólico del lactante es un trastorno de los primeros meses de vida caracterizado por un llanto sin aparente causa. Es normal que un bebé llore en determinadas situaciones: porque tenga hambre o sed, incomodidad por calor, frío o el pañal mojado, ruido ambiental o, simplemente, como forma de reclamar atención o contacto de sus padres. En esos casos el bebé se tranquiliza si se satisfacen sus demandas. Pero en los cólicos del lactante el bebé sigue llorando.
Tanto el niño alimentado a pecho como el que recibe complemento con lactancia artificial pueden sufrir cólicos y esto está relacionado con la ingesta excesiva de aire que se provoca al succionar el pezón. Para evitar este exceso se recomienda estimular el "provechito" por medio de pausas en el transcurso de cada ciclo de lactancia colocando dos o tres minutos al bebé a la altura del hombro materno o paterno dandole unos suaves golpecitos en la espalda para lograr la necesaria expulsión de aire.
Tanto el niño alimentado a pecho como el que recibe complemento con lactancia artificial pueden sufrir cólicos y esto está relacionado con la ingesta excesiva de aire que se provoca al succionar el pezón. Para evitar este exceso se recomienda estimular el "provechito" por medio de pausas en el transcurso de cada ciclo de lactancia colocando dos o tres minutos al bebé a la altura del hombro materno o paterno dandole unos suaves golpecitos en la espalda para lograr la necesaria expulsión de aire.
Saque los gases del bebé - Tener
mucha paciencia. Mejorar la técnica alimentaria con el estímulo de
"provechito". Hacer movimientos de "pedaleo de bicicleta"
del tipo pasivo con las piernitas del bebé para expulsar gases. Flexionar y
estirar suavemente las piernitas del niño acercándolas y alejandolas del
abdómen del niño. Realizar masajes abdominales para favorecer la expulsión de
gases por ano una o dos veces por día (no esperar que tenga dolores para
realizarlos, hacerlos como un ejercicio diario de contacto y afecto con el bebé
que de paso es útil para prevenir episodios de dolor abdominal).
Intente Calmar al bebé - Sostenga
al niño cerca de su cuerpo, abrácelo y háblele suavemente. Usted debe mostrarse
calmo y sereno. Debe contener al niño. No lo pase de brazo en brazo. Evite el
famoso: "madre-padre-abuela-madre" ya que sólo conseguirá aumentar la
situación de tensión. Si el bebé está con dolor colocarlo boca abajo tanto
apoyado en el brazo como en el regazo y hacer movimientos rítmicos, meciéndolo
o balanceándolo (Suavemente, recuerde que no está haciendo un cóctel). Usar una
luz tenue al momento de amamantarlo. La música suave puede ayudar para relajar
al niño. Si esto no funciona intente dar un paseo en carro o en cochecito para
bebé. Intente un baño tibio para calmar los cólicos y al bebé. Tenga una
mochila para bebe y pórtelo, el calor corporal suele calmar al bebé.
Mejore la alimentación - Las
intervenciones dietéticas deben estar enfocadas para reducir o eliminar los
alérgenos que pueden estar presentes en la leche de vaca de la dieta del niño,
y eliminar los huevos, trigo, frutos secos, cafeína y chocolate de la dieta de
la madre. Si usted da tetero a su bebe asegúrese que a tetina tenga un agujero
lo suficientemente grande. Ninguna toma con biberón debe durar más de 15
minutos ya que eso es expresión que el orificio de la tetina es pequeño o está
tapado. Si tiene un indicado una leche de fórmula, recuerde que estas provocan
más gases tenga las medidas preventivas al respecto y consulte con su pediatra.
Signos de alarma - Si el llanto del niño se acompaña de palidez,
sudoración, decaimiento intenso o rechazo de las tomas. Fiebre más de 38°C. Ausencia en las
deposiciones. Vomita todo lo que come. Irritabilidad o Somnolencia. Convulsiones.
Dificultad para respirar o que respire muy rápido.